Un hombre, llamado Luke Comb, entró desesperado en un hospital de Kentucky pidiendo ayuda para su esposa, a punto de dar a luz. Sin embargo, no fue eso lo que dejó sin habla al personal médico, sino el aspecto del hombre, ya que tenía la piel de un brillante y nada saludable tono azulado.

Tras varias pruebas médicas, los especialistas comprobaron perplejos que su "problema": el color de su piel sí tenía una explicación, pero no tenía que ver con su estado físico, sino con un problema de tipo sanguíneo.

Los análisis de sangre que se le realizó a Comb confirmaron una anomalía, y es que "el hombre azul" padecía de una enfermedad hereditaria llamada metahemoglobinemia, muy poco frecuente.

Este trastorno hace que la hemoglobina, que tiene como una de sus principales funciones transportar oxígeno al resto de células en nuestro cuerpo lo haga, pero siendo incapaz de liberarlo de manera efectiva en los tejidos corporales. Así se genera esa extraña coloración similar a la de los estados de hipotermia, o cuando una persona pasa varios minutos sin poder respirar.

La familia vivió sin tener mucho contacto con otros grupos étnicos desde principios del siglo XIX lo que, sumado a la endogamia practicada, provocó una alteración en la sangre y así, la aparición del color azul en los descendientes.

Todo comenzó con el patriarca del clan, Martin Fugate, que se casó con Elisabeth Smith. Tuvieron siete hijos, de los cuales cuatro nacieron con la piel azul.

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