Los movimientos sacádicos, también llamados sácadas, son unos movimientos rápidos y simultáneos que realizan ambos ojos cuando están observando hacia un punto en la misma dirección.

Los humanos no miran una escena de forma estática por lo general. En vez de esto, los ojos se mueven, buscando partes interesantes de una escena y construyendo un mapa mental referente a ella. En el ojo humano, una razón para la existencia de las sacadas es que sólo la parte central de la retina, la fóvea, tiene una alta concentración de células fotorreceptoras sensibles al color, los conos. El resto de la retina está tapizado básicamente por bastones, células fotosensibles monocromáticas, especialmente buenas en la detección del movimiento. Por esto, la fóvea es la parte de la retina encargada de la visión en alta resolución.

Moviendo el ojo de forma que pequeñas partes de la escena puedan ser advertidas con mayor resolución, se pueden optimizar los recursos del cuerpo. Si toda la escena fuera vista en alta resolución, el diámetro del nervio óptico sería incluso mayor que el del propio globo ocular. Por esto, un procesado de toda la escena en alta resolución requeriría además un cerebro varias veces superior al actual.

Estos movimientos fueron descritos por el oftalmólogo francés Louis Émil Javal en 1880, quien pudo observarlos de forma experimental al ver cómo las personas leen en silencio.

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