La definición de esta palabra es: propio y característico de una cosa o persona y que lo distingue de los demás. También significa especial, diferente de lo corriente u ordinario.

Es un término originario del latín, proviene de peculiaris, peculiare, que a su vez deriva de peculium, peculii que significaba la parte del ganado que los dueños regalaban a sus esclavos por encargarse de su cuidado. A su vez el peculio termina designando también el dinero y los bienes del esclavo y su familia que no eran ni casas ni campos.

En Astrofísica se denominan con este adjetivo a aquellas estrellas que poseen abundantes metales de forma anómala, por lo menos en sus capas exteriores o superficiales.

En cuanto al uso de este adjetivo para calificar a una persona, en muchos casos, a quien lo recibe le causa extrañeza, ya que no sabe exactamente si lo que le están diciendo es “bueno” o “malo”.

Y en realidad no es ni bueno ni malo, es simplemente que están diciendo que esa persona es distinta, diferente a todas las demás a las que quien la califica ha conocido. Puede referirse además a que resulta inconfundible quizá por su modo de ser, por su carácter, su forma de hablar, de vestir o de hacer las cosas. En cierta manera es una persona que se diferencia claramente del resto.

Aunque en algunas ocasiones esta palabra puede esconder detrás de un tono burlón, la manera “elegante” de decirle a alguien que es raro, pintoresco o demasiado extravagante.

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