El beso de Judas, también conocido (especialmente en el arte) como la Traición de Cristo, es el acto con el que Judas identificó a Jesús ante la multitud con espadas y palos que habían venido de los principales sacerdotes y ancianos del pueblo para arrestarlo, según relatan los evangelios sinópticos.

El beso lo da Judas en el Jardín de Getsemaní después de la Última Cena y conduce directamente al arresto de Jesús por la autoridad del Sanedrín. Dentro de la vida de Jesús en el Nuevo Testamento, los eventos que llevaron a su identificación con las fuerzas hostiles y su ejecución posterior se presagian directamente cuando Jesús predice que va a ser traicionado y luego asesinado. En términos más generales, un beso de Judas puede referirse a "un acto que parece ser una muestra de amistad, pero que de hecho es perjudicial para el receptor".

En las obras de arte se representa a Judas dando un beso a Jesús en la cara, cuando lo cierto es que el beso tendría que haber sido en la mano, pues era costumbre besar a los maestros en la mano. Para describir el beso, tanto el Evangelio de Mateo (26:47-50) como el Evangelio de Marcos (14:43-45) utilizaron el verbo griego kataphilein, el cual significa ‘besar tiernamente, intensamente, firmemente, apasionadamente’.

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