«Tempus fugit» es una locución latina que se refiere a la velocidad en que transcurre el tiempo. Se podría traducir literalmente como «el tiempo se escapa» o «el tiempo vuela»; quizás esta última sería la expresión equivalente más común en nuestra época.

La expresión parece derivar de un verso de las Geórgicas del poeta latino Virgilio (70 a. C.- 19 a. C.) (Georgicae, III, 284,) que dice más exactamente:

«Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus»

(Pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo).

La expresión se ha convertido a lo largo de los siglos en un tópico literario y se asocia a una filosofía vitalista, a la idea de vivir el presente y disfrutarlo, en vez de concebir la vida como la consecución de objetivos a largo plazo.

Entre los autores que han hecho homenaje a esta cita, está el caso de Lewis Carroll, en su obra Alicia en el país de las maravillas. Además, habitualmente, podemos encontrar la expresión inscrita en relojes de sol, de péndulo o de cualquier otro tipo, invitando al espectador a la reflexión sobre la fugacidad del tiempo que mide el instrumento.

En algunos casos, podemos encontrar una versión ampliada de la expresión, la cual es: «Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» («El tiempo se escapa como una nube, como las naves, como una sombra»). Esta segunda cita no pertenece a Virgilio, sino que es una mezcla de varias referencias al Libro de Job del Antiguo Testamento.

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