Don o doña es un vocablo de origen hispano muy usado protocolariamente que antecede al nombre de la persona que ha llegado a los 30 años y que se usa como una expresión de respeto, cortesía, distinción social o cuando la persona es muy inteligente

Don proviene del latín domĭnus (propietario o señor), término que también dio origen a la palabra dueño. Se cree erróneamente, que don procede de la expresión “de origen noble”. Sin embargo, la etimología nos lleva al vocablo latino: domĭnus.

Aunque en la antigüedad, y particularmente en España, se reservaba a los individuos de una clase social alta, actualmente se emplea a nivel general cuando se pretende establecer un trato respetuoso y cortés.

En el ámbito de la literatura, se ha usado la palabra que nos ocupa, en numerosas ocasiones para darle título a las obras. Uno de los ejemplos más conocidos es la novela “Don Quijote de la Mancha”, obra cumbre a nivel mundial, que fue escrita por Miguel de Cervantes Saavedra y que se publicó en el año 1605.

Don también puede utilizarse de manera irónica junto a un adjetivo o, cuando no acompaña a un nombre, como sinónimo de señor: “Oiga, don, ¿podría decirme qué hora es?”.

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