El kalym es una de las costumbres más importantes y antiguas de los pueblos de Asia Central, que tradicionalmente se entregaba a los padres de la novia como pago por criar a su hija.

En la actualidad, oscila entre una suma simbólica de 50 a 5000 dólares y suele consistir en ganado o artículos domésticos caros, como alfombras, muebles y electrodomésticos.

Los defensores del kalym lo consideran una práctica positiva que permite a las mujeres conocer su propio valor, mientras que otros afirman que las convierte en una mercancía e impide a muchas jóvenes fundar una familia.

El kalym se determina en una reunión de ancianos de ambas familias, y su cuantía refleja las cualidades de la mujer. Si es licenciada universitaria o tiene un buen trabajo, se pide una suma mayor.

Los padres de la novia devuelven parte del pago en forma de dote, que suele ser menor que el kalym. Quienes se oponen a esta práctica argumentan que la tradición del kalym es contraria al principio de igualdad entre sexos.

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