El obstáculo más grande al que se enfrentó la obra del ferrocarril transandino fue la Nariz del Diablo, una montaña con paredes casi perpendiculares. Para salvar este obstáculo se construyó una vía en zig-zag que supera un desnivel de 500 metros en apenas 12 km de vertiginosa subida o bajada, y que sigue siendo hoy en día una impresionante obra de ingeniería.

La Nariz del Diablo es un atractivo muy importante del país, es llamado “el ferrocarril más difícil del mundo” y constituye uno de los destinos más visitados por nacionales y extranjeros.

Puntiagudas rocas que casi rozan la ventana del tren por un lado y profundos abismos al otro dibujan la ruta de la "Nariz del Diablo", acompañada de paisajes donde el sol y las nubes disputan un protagonismo dignos de cuentos fantásticos.

Son 13,5 kilómetros de la vía férrea que recorre el corazón de los Andes por la ruta Alausí-Sibambe, donde el diablo dejó olvidada su nariz.

A 20 kilómetros por hora o la mitad en ciertos tramos, el tren cruza la montaña herida hace un siglo por toneladas de dinamita usadas para abrir el camino del ferrocarril que unió la costa con la sierra.

Por mucho tiempo estuvo fuera de servicio como gran parte de la línea férrea ecuatoriana, en el 2010 se rehabilitó la ruta Guayaquil - Quito, lo que hizo que se trabajara en este tramo, que se ha convertido en el más visitado, debido a su gran belleza paisajista.

Más información: trenecuador.com