La Gigantona es una expresión folclórica muy conocida en Nicaragua, con raíces españolas que se ha convertido en una expresión mestiza. Proviene de España, de la región de Cataluña y se remonta a los años 1.700.

Nace como imitación. Los indígenas miraban a los enanos cabezudos traídos de España, y luego a partir de ellos hacen sus propios enanos y su gigantona.

Es una muñeca de dos metros y medio de altura, que se hace acompañar por tamboreros, fareros, copleros y el enano cabezón, que bailando recorren las calles de la ciudad para alegrar las fiestas de fin de año.

La gente se asoma desde sus casas para luego salir a las calles, adonde van por la invitación que les hace la Gigantona, ella trae consigo jolgorio, algarabía, ritmo, colorido y una gran carga de humor y picardía.

Los tamboreros se encargan del ritmo, para que la música no falte, para animar a la gente la Gigantona no deja de agitar sus hombros en medio de su alegre baile.

Los copleros por otro lado, recitan rimas cargadas de humor y picardía, que improvisan en el momento, por encargo de alguna persona.

Los fareros cargan faroles para iluminar el camino, y el enano cabezón, un muñeco pequeño con una enorme cabeza que representa al hombre del pueblo de Nicaragua, con sus bailes se mueve en torno a la gigantona.

En la actualidad, la Gigantona constituye la expresión más característica de las Purísimas en Nicaragua, que se celebra los 8 de diciembre, en honor a la Inmaculada Concepción de María.

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