La calendula, cuyo nombre científico es Calendula officinalis, es una hierba perteneciente a la familia de las asteráceas, una de las familias más grandes de plantas, es originaria del sur de Europa, nativa de la región mediterránea, pero se ha adaptado para crecer en prácticamente cualquier región. Se trata de una planta que ha sido utilizada con fines decorativos y como un efectivo agente curativo.

El conocimiento de sus propiedades medicinales se remontan al siglo XII, y fue utilizado comúnmente para tratar las picaduras de insectos, frotando la flor contra el área inflamada.

Las flores de calendula alcanzan entre 30 y 60 centímetros de altura y su brillante follaje verde claro deja relucir los contrastantes tonos de sus flores. Estos tonos tan llamativos esconden compuestos con propiedades y beneficios para la salud, es muy utilizada en cosmética ya que contribuye en la regeneración celular.

Los pétalos secos de la flor se utilizan para preparar cremas, ungüentos y aceites, estimula la producción de colágeno, lo cual puede prevenir las arrugas y mantener un aspecto joven de la piel.

Entre los más importantes antioxidantes se encuentran los flavonoides, que son un tipo de antioxidantes muy poderoso.

Los pétalos de la calendula son comestibles, a diferencia de los de otras plantas de la misma familia de las asteráceas, las cuales pueden llegar a ser venenosas tanto para animales como para humanos.

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