El 11 de noviembre de 1500, en Granada, el rey de Aragón Fernando “el Católico” y el rey francés Luis XII se reparten el reino de Sicilia en el Tratado de Granada. El tratado, fue una alianza militar pactada entre ambos monarcas, para repartirse el territorio de la Sicilia peninsular y según los acuerdos, el norte del reino quedó en poder de Francia, formándose el Reino de Nápoles, y el sur en manos de Aragón, uniéndose a la Sicilia insular.

Un año antes, el 1499 el rey Luis XII, alegando derechos sobre el ducado de Milán y sobre el reino de Nápoles, dio comienzo a la guerra italiana enviando hacia Italia un poderoso ejército que en abril de 1500 consiguió ocupar Milán.

Luis XII, para tomar la Sicilia peninsular, buscó una alianza con la corona de Aragón, bajo el reinado de Fernando “el Católico”, planteando la posibilidad de dividir esta parte del reino entre ambos.

La convivencia entre franceses y españoles no duraría mucho y pronto surgieron las desavenencias por la posesión de la franja que separaba sus respectivos territorios dando paso a los enfrentamientos armados en los que, en 1502 y 1503, Gonzalo Fernández de Córdoba derrotó a las tropas francesas en las batallas de Seminara, Ceriñola y Garellano y en enero de 1504, Luis XII se vio obligado a ceder el reino de Nápoles a Aragón mediante la firma del tratado de Lyon.

Gonzalo fue laureado por los Reyes Católicos, que le otorgaron el título duque de Terranova y Virrey de Nápoles, cargo que desempeñó hasta 1507.

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