El squash es un deporte en el que se golpea con raqueta una bola de goma contra una pared. Se practica en interior con dos jugadores y una pelota de goma que puede tener distintos grados de velocidad o rebote.

El grado de velocidad o rebote se identifica en el color de la pelota. La pelota de «doble punto amarillo», introducida en el año 2000, es el estándar de competición, y sustituye a la anterior pelota de «punto amarillo». También existe un balón de «punto naranja» para su uso en altitudes elevadas.

Las pelotas de squash tienen un diámetro de entre 39,5 milímetros y 40,5 milímetros, y un peso de entre 23 gramos y 25 gramos.​ Están formadas por dos piezas semiesféricas de goma, pegadas entre sí formando una esfera hueca, pulida con un acabado mate.

La pelota puede rebotar en todas las paredes cuantas veces sea necesario y en cualquier orden, siempre que golpee en la pared frontal o frontis antes de tocar el suelo. Solo puede rebotar en el suelo una vez antes de que se considere un punto para el contrincante.

Hay unos 20 millones de personas que juegan regularmente al squash en todo el mundo, en más de 185 países. El organismo rector del squash, la Federación Mundial de Squash (WSF), está reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI), pero este deporte no forma parte de los Juegos Olímpicos, a pesar de haber presentado varias solicitudes.

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