El maíz (Zea mays) es una especie de planta gramínea originaria de Mesoamérica. Su infrutescencia femenina se llama mazorca, elote o choclo y allí crecen granos comestibles.

Su domesticación se inició hace doce mil años aproximadamente en el eje neovolcánico de México,​ y se propagó por el resto del continente mucho antes de la llegada de los europeos, quienes, a su vez, lo llevaron a Europa en el siglo XVI. Actualmente es el cereal con el mayor volumen de producción a nivel mundial seguido por el trigo y el arroz.

La palabra maíz ingresa al español como préstamo (indigenismo) de la voz taína mahís,​ que significa literalmente ‘lo que sustenta la vida’.​ En los Andes también es conocido como sara, vocablo en quechua. Popularmente, se cree que la palabra «maíz» proviene del náhuatl o mexicano. Sin embargo, en esta lengua se le conoce como centli o cintli​ refiriéndose al raquis de maíz seco y curado.

Si bien el maíz es un alimento muy rico en nutrientes, al punto que era considerado el alimento vegetal principal entre los quechuas y tiene señalada participación en la mitología mesoamericana, la composición química del grano de maíz se ve afectada por el genotipo, medioambiente y condiciones de siembra. En promedio, el contenido de proteína es del 10 %.

Además, el maíz es rico en riboflavina, fósforo, potasio, hierro, calcio, zinc y vitamina B. El maíz amarillo tiene una alta cantidad de vitamina A (carotenoides).

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