Es una palabra japonesa que provienen de un dialecto antiguo, actualmente perdido, procedente de la isla de Okinawa, al sur del país. Se dividía en tres ideogramas: “Nankuru”, “nai” y “sa”. Su significado original es bastante extenso: "nunca olvides quién eres y vive por hoy y por el mañana".

"Nankurunaisa" sintetiza virtudes como la esperanza, resiliencia, fe y perseverancia. Su traducción sería: "de un modo u otro, llegará o saldrá", que concretamente es "todo saldrá bien", nos invita a afrontar la vida con optimismo, con la esperanza de que siempre saldrá el sol, y nos recomienda sonreír a la vida, al igual que la luz solar hace cada día.

Esta palabra encierra muchas de las enseñanzas del budismo y de la sabiduría oriental. Se dice que los ancestros japoneses repetían la palabra “nankurunaisa” para evocar todo lo bueno de la vida. Al repetirlo varias veces, como los mantras, este término se interiorizaba y aportaba la paz y la confianza suficientes para afrontar lo que estaba por venir.

Comprender que cuando no todo va bien, la vida sigue, que mientras hay vida, hay esperanza y que debemos adaptarnos a los cambios, saber que serán mejor las cosas y esta mala racha pasará si hago lo que me corresponde.

El tiempo nos ayuda a serenarnos, si nos damos tiempo para reflexionar y disfrutar la vida, enfocando nuestra energía en lo importante para nuestra vida y bienestar. Nankurunaisa es la vida defendiéndose con la esperanza y la responsabilidad personal.

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