Las flores de Bélgica forman parte de la vida diaria de los ciudadanos que las exhiben en calles, en casas y en celebraciones. La flor nacional de Bélgica es la amapola común (Papaver rhoeas) y esto se debe a un hecho histórico que se remonta a la Primera Guerra Mundial. El suelo de Bélgica no era idóneo para el crecimiento de las amapolas, pero tras los intensos bombardeos, cambió su composición y las amapolas rojas comenzaron a crecer. Consideradas flores del recuerdo, fueron adoptadas como las flores nacionales en honor de los caídos en combate.

Estas hermosas flores son levemente analgésicas y sedantes, y se han utilizado durante mucho tiempo en la medicina herbaria europea, en particular para dolencias en niños y ancianos. Utilizada principalmente como analgésico suave y como tratamiento para la tos irritable.

Al tener un clima templado y húmedo, la horticultura es el sector de mayor valor para la agricultura belga, con un volumen de negocios de 1 600 millones de dólares, mientras que la industria de las flores y las plantas en maceta tiene un valor de 240 millones de dólares anuales.

Siendo el mayor productor mundial de azaleas y begonias, Bélgica también cultiva flores como, rosas, crisantemos, freesias, gerberas, jacinto de los bosques, clivias, entre otras.

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