El síndrome del babuino es una dermatitis de contacto sistémica descrita por primera vez por Andersen, Hjorth y Menneen 1984. El término se introdujo inicialmente para diagnosticar a aquellos pacientes que, tras el contacto con algún alergeno, sufrían reacciones cutáneas en la región glútea, de aspecto similar a la piel roja que en dicha región tienen los babuinos o mandriles.

En principio su aparición se relacionó casi exclusivamente con el contacto con mercurio en personas previamente sensibilizadas, pero también se han descrito casos asociados con la exposición a otras sustancias, tal fue el caso de un paciente de 58 años que consultó por eccema en ingle, glúteos y axilas, se determinó que era un síndrome de babuino relacionado con el tratamiento con betametasona oral ingerido 48 horas antes.

La causa más frecuente es la rotura de termómetros médicos, por lo que el alergeno más comúnmente involucrado es el mercurio. Sin embargo, se han comunicado casos asociados con la exposición a diversas sustancias, entre las que se pueden mencionar: níquel, roxitromicina, ampicilina, amoxicilina, salicilatos, heparina, aminofilina, seudoefedrina, terbinafina, inmunoglobulinas, corticoides tópicos e, incluso, se ha publicado un caso secundario a infección faríngea por Streptococcus pyogenes. El antígeno puede ponerse en contacto mediante ingestión, inhalación, de forma percutánea o inyectado.

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