Los dados habituales son cubos pequeños, de entre 8 y 25 mm de arista, y cuyas caras están numeradas de 1 a 6 (normalmente mediante disposiciones de puntos), de tal manera que las caras opuestas suman 7 puntos. Por lo tanto, la cara opuesta al 6 es el número 1.

El término «dado» deriva del francés antiguo 'dé' y de la palabra latina 'datum', lo que le da el significado de «algo dado o jugado». A lo largo de muchos años, estas palabras acabaron evolucionando hasta convertirse en «dados».

Los dados son unas de las piezas de juego más antiguas de la historia. Los antiguos filósofos griegos, como Sófocles, afirmaban que los dados se inventaron en su época, pero las pruebas arqueológicas sugieren que son mucho más antiguos.

Algunas sociedades antiguas utilizaban huesos como formas primitivas de dados para jugar. Los arqueólogos han encontrado dados de todo tipo de materiales, como bronce, porcelana y mármol.

Se han descubierto dados en excavaciones chinas que datan del año 600 a.C. y en tumbas egipcias que se remontan al año 2000 a.C. En lugar de tener números escritos en cada cara, los dados presentan el número apropiado de puntos o pepitas.

Aunque los dados de seis caras son los más comunes, existen muchas otras variedades dependiendo del juego. Entre las formas inusuales que se utilizan para crear dados se encuentran el octaedro (8 caras), el trapezoedro pentagonal (10 caras), el dodecaedro (12 caras) y el icosaedro (20 caras).

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