La posible supervivencia de Anastasia, la princesa rusa hija del zar Nicolás II es una de las grandes leyendas del siglo XX. En 1922 los rumores sobre que una de las grandes duquesas o, incluso, toda la familia habían sobrevivido propició la aparición en Alemania de una mujer que se hacía llamar Anna Anderson.

Esta mujer fue encontrada a punto de suicidarse en el puente del río Spree en Berlín, dos años después de la masacre. Fue internada sin identificar en una institución para enfermos mentales, donde dos años después aseguró ser la gran duquesa Anastasia.

Las coincidencias entre Anastasia y Anna Anderson son entre otras:

-Anna y Anastasia tenían las mismas marcas producidas por las balas en Ekaterimburgo, la misma estatura, el mismo color de pelo, de ojos y una cicatriz en la frente exactamente igual así como el mismo tamaño de las orejas.

-Anna tenía una malformación en los pies conocida como “hallux valgus”, idéntica a la de Anastasia.

En 1991, no obstante, los cuerpos del zar Nicolás II, la zarina Alejandra y tres de sus hijas fueron exhumados de una fosa común cerca de Ekaterimburgo. Se les identificó tanto por análisis esquelético, como por pruebas de ADN.​ Los cuerpos del zarévich Alexei y la hija restante fueron descubiertos en 2007. Las mismas pruebas repetidas e independientes confirmaron que los restos encontrados eran de los siete miembros de la familia Romanov y demostraron que ninguna de las cuatro hijas del zar sobrevivió a la ejecución.

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