Se llamaban atlantes las figuras de hombres que suelen ponerse para sostener cornisas, etc. y que los latinos llamaban telamones.

El origen de estas columnas parece ser alusivo, según Vitruvio, al mito de Atlante a quien se suele representar sosteniendo el cielo, por haber sido el primero que instruyó a los hombres en el curso de los astros; por cuyo beneficio los pintores y estatuarios le adoptaron en sus obras o más bien porque como artífice de la primera esfera celeste, le suponían que sostenía el cielo con la espalda.

El atlante suele ser de tamaño natural o mayor. Los atlantes expresan un esfuerzo extremo en su función, con las cabezas inclinadas hacia delante para soportar el peso de la estructura sobre sus hombros, los antebrazos a menudo levantados para proporcionar un apoyo adicional, proporcionando un motivo arquitectónico.

El equivalente femenino son las cariátides, cuyo nombre está relacionado con la antigua ciudad de Carias, en Laconia, donde se celebraba una festividad de muchachas que danzaban en honor de Artemisa Cariátide. Por otra parte, un relato de Vitruvio indicaba que siendo esta ciudad aliada de los persas durante las Guerras Médicas, sus habitantes fueron exterminados por los otros griegos, sus mujeres fueron convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. Se las esculpe a ellas, en lugar de columnas típicamente griegas, para que estén condenadas durante toda la eternidad a aguantar el peso del templo.

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