En Oceanografía, una haloclina (del griego hals, halos, «sal» y klein «pendiente») es una discontinuidad relativamente acentuada en la salinidad del océano a una determinada profundidad. Es una capa de separación entre dos capas de agua.

En general, el agua con una mayor concentración de salinidad se hunde bajo el agua menos salina; por lo que haloclinas más saladas yacen bajo las menos saladas.

Los hidrólogos que han estudiado este fenómeno tienen la respuesta. Su separación se debe la composición química, estos océanos tienen diferentes densidades, salinidades e incluso temperatura, lo cual evita que estas aguas se mezclen.

Este efecto se puede observar en las cosas frente a Dinamarca, en el Mar del Norte, en la frontera con el Mar Báltico.

También se puede presenciar en Gibraltar, donde se encuentran el Mar Blanco y el Mar de Barents. Este espectáculo natural por supuesto atrae la atención de curiosos tanto locales como extranjeros.

En los cenotes del Yucatán, es frecuente que el agua marina penetre en los sistemas fluviales subterráneos, produciendo una haloclina que puede aparecer entre los 10 y los 60 m de profundidad, dependiendo de la distancia a la costa y de la topografía del propio sistema kárstico.

Cada año cientos de viajeros llegan a las costas de Dinamarca para presenciar la haloclina. Muchos de ellos llevan drones para poder captar su efecto en una vista de pájaro que, hasta hace unos años, no todos tenían el acceso a ella.

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