Desde los orígenes de los caminos de hierro, los ferroviarios utilizaron este peculiar vehículo para los trabajos de renovación y conservación de la vía. Ha tenido varias denominaciones:”zorrilla”, “vagoneta”, “dresina”, “cangrejo”.

Este último sobrenombre ha sido el más extendido en el argot ferroviario.

Las vagonetas de tracción manual aparecieron en la década de 1860, aunque fue en 1880 cuando empresas como Sheffield, Buda o Kalamazoo realizaron una amplia variedad de versiones comerciales.

En ellas se trasladaban los materiales y herramientas necesarias para las reparaciones de la vía. En general, cada una de las brigadas tenía asignada una “zorrilla”, con la que recorrían los 10 km aproximados de vía que tenían que mantener en correcto estado.

Sobre una estructura metálica se disponen los listones de madera que conforman la plataforma del vehículo; un “castillete” central lleva acoplada en la parte superior una manivela, accionada manualmente; una rueda dentada transmite el impulso a los engranajes que hacen que las 4 ruedas del vehículo se muevan. El frenado, se realiza sobre 2 ruedas por medio de las dos palancas cuya aplicación directa sobre la llanta reduce la velocidad hasta frenar.

Estas vagonetas, populares en el cine, aparecen en numerosas escenas de la gran pantalla. La inventariada en el Museo del Ferrocarril de Madrid, estuvo en la localidad gaditana de Trebujena para el rodaje de la película El imperio del sol, de Steven Spielberg.

Más información: www.museodelferrocarril.org