La atazagarofobia se define como el miedo irracional a ser olvidado, incluye también el miedo a olvidar o a ser reemplazado. Se ha descrito por filósofos y literatos como el miedo al anonimato, a pesar de que es una sensación común, ha sido poco descrita por el lenguaje científico.

El hecho de recordar es una función central para los seres humanos, nos permite tener un sentido de integridad, es además herramienta de identificación para responder a las demandas presentes y futuras. El acto de olvidar permite depurar información innecesaria, o bien en ocasiones bloquea experiencias traumáticas. Olvidar tendría como consecuencia una pérdida importante de nuestro propio yo y una modificación en la percepción del mundo.

Las personas con esta fobia también pueden temer que otros los ignoren, generando un miedo extremo al abandono. Con frecuencia sufren además el trastorno obsesivo compulsivo.

La atazagarofobia puede generarse a partir de una condición médica que dificulte la retención de memoria o que impida evocar recuerdos, o de desórdenes mentales.

Los síntomas clínicos son hiperventilación, taquicardia, disnea, sudoración excesiva, náuseas, calambres, temblores, etc.

Para enfrentar y aprender a manejar estos síntomas, lo más apropiado es que la persona acuda a terapia. Las fobias en general deben tratarse bajo un proceso de sensibilización de manera paulatina, con un acompañamiento profesional.

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