Ósculo es el término fino para la palabra beso. El beso es reconocido en la mayoría de las culturas alrededor del mundo.

El ósculo en la mejilla entre hombres es frecuente en países latinoamericanos. No hace falta que los hombres sean familiares ni amigos, puede darse que opten por este tipo de saludo apenas se conocen.

Dicho beso no tiene ninguna connotación especial ni carga sexual, sino que se trata simplemente de una costumbre de características similares a las de un apretón de manos o una reverencia.

En otros países, sin embargo, un ósculo entre hombres se asocia de manera casi directa a la homosexualidad o a una invasión de la esfera íntima.

Los ósculos más intensos y pasionales tienen lugar en una relación sentimental de pareja. Estos besos incluyen el contacto entre las bocas y las lenguas, con una interacción profunda e íntima.

El cristianismo propone la práctica del ósculo santo como una expresión del amor de Dios hacia el prójimo, pero no todos entran en este grupo.

Dentro de la comunidad cristiana, el ósculo se vuelve cada vez menos frecuente a causa de la influencia de factores culturales externos, que generan una cierta timidez. Sin embargo, la Iglesia intenta mantener esta costumbre que, según se la estudie, constituye un auténtico mandamiento, que se menciona en la Biblia repetidas veces.

Si alguien se opone a la práctica de este beso de amor y respeto, se pone en duda su fe, su devoción a las enseñanzas de Jesucristo y la pureza de su corazón.

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