Shu es un antiguo dios egipcio del aire, hijo de Atum, nacido junto con su hermana Tefnut. Su nombre significa “Estar vacío” y “Luz”; constituye el principio de vida.

Es el aire (en el sentido de atmósfera, aire seco) que se encuentra entre el cielo y la tierra, su soporte, el lugar gracias al cual pueden vivir y respirar hombres, animales y plantas.

Aparece como un hombre con una pluma de avestruz en la cabeza; en una mano lleva un cetro. También como hombre con una rodilla en tierra, sosteniendo el cielo con sus manos; los cuatro pilares que sostienen el cielo en los cuatro puntos cardinales fueron llamados "pilares de Shu".

Puede aparecer surgiendo por detrás de la tierra, llevando el disco solar sobre su cabeza y con las manos sujetando las bases del disco.

A veces aparece en forma de león, una de sus manifestaciones sagradas. En la representación del mito aparece separando a sus hijos Nut y Gueb.

Según las teorías de Heliópolis, Shu sucedió a Ra en el trono, y posteriormente abdicó en favor de su hijo Gueb. Según una leyenda durante el reinado de Shu, la serpiente Apofis instigó contra él, tras lo que abandonó la tierra para ascender al cielo.

Presente en los Textos de las Pirámides como deidad cósmica, personifica el aliento del difunto y el aire.

Es el responsable de todos los fenómenos atmosféricos, siempre que estos no sean violentos. Su función como sustentador de la bóveda celeste queda muy clara en el Libro de los Muertos.

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