En el contexto de la nutrición, un mineral es un elemento químico requerido por los organismos como un nutriente esencial para realizar las funciones necesarias para la vida.

Los cinco minerales principales en el cuerpo humano son calcio, fósforo, potasio, sodio y magnesio. Todos los elementos restantes en un cuerpo humano se llaman "elementos traza". Los oligoelementos que tienen una función bioquímica específica en el cuerpo humano son azufre, hierro, cloro, cobalto, cobre, zinc, manganeso, molibdeno, yodo y selenio.

Se requieren al menos veinte elementos químicos para respaldar los procesos bioquímicos humanos al desempeñar funciones estructurales y funcionales, así como electrolitos.

El oxígeno, el hidrógeno, el carbono y el nitrógeno son los elementos más abundantes en el cuerpo por peso y constituyen aproximadamente el 96% del peso de un cuerpo humano.

El cinabrio es la principal fuente de mercurio al ser su forma natural. Se presenta en forma granular y de cristal en zonas cercanas a actividad volcánica y aguas termales, y lleva siendo extraído en minas desde el neolítico. Es insoluble y al oxidarse produce los compuestos tóxicos como el metilmercurio y el dimetil de mercurio. Es mortal en concentraciones pequeñas, y puede absorberse a través del tracto respiratorio, los intestinos o la piel.

Estos dos compuestos que produce el Cinabrio pueden afectar muy gravemente al sistema nervioso, y crear problemas en el desarrollo de fetos y niños.

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