"La sucesión presidencial en 1910" (publicado en 1908) es un libro práctico sobre los males históricos de México y la forma de curarlos. Francisco Ignacio Madero somete el régimen del general Porfirio Díaz (después de un prolongado periodo presidencial de 34 años denominado como el Porfiriato) a un riguroso exámen, en el que halla zonas de salud y zonas enfermas, activos y pasivos.

¿Cómo negar, argumentaba el empresario, "el gran desarrollo de la riqueza pública, la extensión considerable de las vías férreas, la apertura de magníficos puertos... y sobre todo, ...hada bienhechora de tanta maravilla, la paz que hemos disfrutado por más de treinta años?".

Pero la enfermedad era "aterradora", no sólo por la concentración excesiva de poder, sino por el analfabetismo y la mentira, sutil veneno que corroía desde dentro al organismo mexicano. México se había vuelto el país del disimulo, del cinismo y del miedo.

Tras el diagnóstico receta el remedio: había que fundar cuanto antes un partido independiente y persuadir al viejo dictador de honrar sus promesas de apartarse del poder y convertirse en garante de la naciente democracia. Pero Díaz desoyó aquel llamado de Madero, desdeñó su capacidad organizativa y terminó en el exilio, sin entender cabalmente su inmensa responsabilidad en la revolución que se desataría dos años después de la publicación de este libro.

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