La historia del Arca de Noé se relata en los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, que es el primer libro de la Torá o Pentateuco y, por tanto, también es el primer libro del Tanaj judío y del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana.

Según esta historia, por orden de Dios (Yahvé o Jehová), el patriarca Noé construye una embarcación para la salvación de los que creyeran en la promesa del diluvio, sin embargo el relato asegura que solo fue Noé y su familia quienes fueron rescatados por ella, más las especies de animales. Preservados del diluvio universal, luego repoblarían la Tierra con su descendencia.

Yahvé había observado que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la violencia y la maldad crecía en ellos. De hecho, la violencia era tanta que, a los ojos de Yahvé, la Tierra estaba arruinada, por lo que decidió destruir esa generación. Sin embargo, Noé era un hombre justo, por lo que decidió advertirle para que salvara a su familia, y a los animales varón y hembra de cada especie.

Las búsquedas del Arca de Noé se han hecho por lo menos desde el tiempo de Eusebio (c. 275-339 d.C.), y los creyentes en el Arca continúan buscándola en los tiempos modernos. Se han realizado muchas búsquedas, pero no se ha encontrado ninguna prueba física comprobable del arca. No hay evidencia científica de que el Arca de Noé existiera tal como se describe en la Biblia, ni tampoco hay evidencia en el registro geológico del diluvio bíblico global.

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