Un batiscafo es una embarcación constituida básicamente por una cabina esférica habitable y una gran cámara flotante en su parte superior, que se utiliza para explorar las profundidades oceánicas.

El batiscafo realiza el desplazamiento horizontal en sumersión mediante hélices propulsoras. Fue diseñado por el profesor de física suizo Augusto Picard (1884-1962), quién quiso crear una embarcación submarina que se desplazara en la profundidad del mar sin el uso de cables.

El primero fue fabricado en 1937, tenía una forma esférica y pesaba 15 toneladas. Llevaba acoplada una cisterna llena de gasolina para favorecer la flotación del batiscafo. Este llevaba consigo esferas de plomo para descender a la profundidad y dos hélices para moverse en cualquier dirección.

En 1948, se realizaron pruebas con un batiscafo sin tripulante. Éste se sumergió hasta 1.500 metros pero al salir un huracán que pasaba en ese momento, produjo daños graves a la embarcación.

En 1953, Picard crea en Italia el “Trieste” otro batiscafo que logra descender en el Golfo de Nápoles a 3.500 metros de profundidad. Esta vez, la embarcación iba tripulada por el hijo de Picard, Jacques Picard.

El batiscafo siempre ha sido utilizado para la exploración submarina porque llega a mayores profundidades que el submarino. Su diseño y tamaño le permiten acceder a espacios más pequeños que otro tipo de embarcación y sus accesorios tecnológicos son de gran utilidad para recolectar información.

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