Existen miles de especies distintas de polillas, sin embargo, afortunadamente, unas pocas son perjudiciales para el ser humano y son consideradas plagas, especialmente sus larvas. El resto de polillas son mariposas de hábitos nocturnos, pero se alimentan del néctar de las flores en lugar de productos almacenados o de piezas textiles de origen animal.

Las polillas, a diferencia de otros insectos perjudiciales, como los mosquitos, las moscas o las cucarachas, no son un problema desde el punto de vista médico, pues no representan un riesgo para la salud.

Es muy importante la prevención en el caso de las polillas, ya que la detección de muchas polillas significa que están muy diseminadas por la casa, porque son insectos que pasan desapercibidos. Una pequeña infestación de polillas puede ser tratada con productos comerciales. Sin embargo, cuando el problema es importante es necesario acudir a un profesional en el control de plagas.

Para ahuyentar a las polillas se pueden usar ciertas maderas, como el cedro, el enebro o el aceite esencial de lavanda. Las bolas de naftalina (también llamada alquitrán blanco) son muy utilizadas en los hogares pero tienen el inconveniente que producen un olor desagradable y son tóxicas, por lo que deben mantenerse fuera del alcance de niños y mascotas.

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