Los mosquitos, esos diminutos insectos que a menudo arruinan nuestras noches al aire libre, son conocidos principalmente por su molesta costumbre de picar y alimentarse de nuestra sangre. Pero, ¿por qué estos insectos se sienten tan atraídos por nuestra sangre? La respuesta radica en un aspecto fundamental de su ciclo de vida.

Si bien tanto los mosquitos machos como las hembras se alimentan del néctar de las plantas para obtener energía, son las hembras las únicas responsables de la picazón que sentimos. Esto se debe a que, para poder producir huevos y asegurar la continuidad de su especie, las hembras necesitan proteínas y hierro de la sangre.

Cuando una hembra mosquito pica a un humano u otro animal, inserta una probóscide en la piel para extraer la sangre. Al mismo tiempo, inyecta una sustancia anticoagulante que impide que la sangre se coagule y facilita su alimentación. Esta sustancia es la que provoca la reacción alérgica en nuestra piel, causando picazón, enrojecimiento e hinchazón.

Es importante destacar que no todas las especies de mosquitos transmiten enfermedades. Sin embargo, algunas especies son vectores de patógenos peligrosos, como los virus del dengue, Zika y el virus del Nilo Occidental.

Más información: es.wikipedia.org