¿Qué innovación técnica fue decisiva para que las catedrales góticas alcanzaran mayor altura?
Los arbotantes son elementos estructurales exteriores con forma de medio arco suspendido, que sustentan el arranque de la bóveda interior. Gracias a ellos los muros se liberaron de gran parte de su función de descarga del empuje lateral de las bóvedas, por lo que pudieron volverse mucho más altos y esbeltos.
El arbotante es un elemento característico de la arquitectura gótica junto con el arco apuntado y la bóveda de crucería.
Al tratarse de un arco exterior de descarga suele aparecer en una disposición inclinada, por esta situación se lo considera un arco de tranquil, tiene sus arranques a diferente altura.
Este elemento estructural exterior se empleó por primera vez en el siglo XII a instancias de la construcción de la nave central de la Catedral Nuestra Señora de París, más conocida como Nôtre Dame, la catedral más antigua representante del estilo gótico, con la clara misión de reforzar su bóveda de ojivas.
Asimismo, al arbotante se lo suele emplear para conducir al agua de lluvia de las cubiertas al exterior; tradicionalmente, a este tipo de desagüe se lo puede encontrar adornado con alguna figura grotesca, denominada gárgola.
Las gárgolas sobresalen de los caños de los tejados para que el agua caiga sin mojar las paredes: representan monstruos, demonios o animales y son un testimonio de la imaginación de los artistas medievales. Al parecer tenían la misión de proteger el templo asustando a los malhechores. Se encuentran en iglesias de toda Europa.
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