La India, un subcontinente dividido, fue invadida por los mongoles, que crearon un gran imperio en el norte de la India. Babur, un descendiente de los grandes mongoles Gengis Kan y Tamerlán, era el cabecilla de una tribu de Turquestán. Expulsados por los uzbekos, en 1504 invadieron Kabul, en Afganistán. Después volvieron la vista a la India, que era por entonces un mosaico de estados hindúes y musulmanes que con frecuencia luchaban entre sí.

Después de lanzar un ataque experimental en 1519, 12000 mongoles entraron en la India en 1526 a través del paso de Khyber, invadiendo el sultanato de Delhi, el más poderoso de la India. Con la expansión hacia el exterior desde Delhi, el Imperio mongol creció para ocupar todo el norte de la India y gran parte del centro. El Gobierno era musulmán, pero daba cobijo a las distintas creencias y culturas de la India.

Como Babur y sus seguidores eran musulmanes, cuando invadieron la India el Imperio otomano les suministró rifles y soldados. Las tropas de Babur también montaban veloces caballos que superaban fácilmente a los lentos elefantes de los indios.

El imperio existió entre los siglos XVI y XIX, cuando finalmente los británicos lo abolieron formalmente, aunque ya estaba en gran decadencia. Abarcó en su período de apogeo la mayor parte de los territorios actualmente correspondientes a la India, Pakistán y Bangladés, llegando a poseer zonas de Afganistán, Nepal, Bután y este del Irán.

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