¿Qué hallazgo arqueológico del siglo XI confirmaba la presencia vikinga en América del Norte?
Ya en las antiguas sagas islandesas se narran las peripecias de los navegantes vikingos por el norte del Atlántico. Entre éstas, se cuenta la expedición de Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, descubridor y colonizador de Groenlandia durante los primeros años del siglo XI, que consiguió cruzar todo el océano y arribar a la Península de Labrador y a la isla de Vinland, Terranova.
Eriksson fundó la aldea de Leifbundir, pero la colonia no prosperó y pocos años después quedó despoblada. El hallazgo en 1961 del asentamiento de L´Anse Aux Meadows, La Ensenada de las Medusas, supuso la confirmación de la veracidad de la expedición de Eriksson.
"La ensenada de las medusas" es un paraje situado en la punta septentrional de la isla de Terranova, en la provincia de Terranova y Labrador (Canadá), donde los noruegos Helge Ingstad y Anne Stine, encontraron los restos de una aldea vikinga.
El asentamiento estaba formado por al menos ocho edificios: tres viviendas, una forja, un aserradero para abastecer a un astillero y tres almacenes. El mayor de los edificios estaba dividido en varias habitaciones. Se documentaron un centenar de objetos de manufactura típicamente vikinga, entre los cuales se hallaron varios utensilios de costura, que indicaban la presencia de mujeres en el asentamiento.
Se trataría por tanto del único asentamiento vikingo confirmado en Norteamérica, exceptuando los de la isla de Groenlandia. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
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