Ibrahim Ibn Abdullah es el nombre que tomó el explorador suizo Jean Louis Burckhardt (1784-1817) tras convertirse al islam. Hay opiniones diversas sobre su conversión: mientras algunos dicen que fue sincera, su familia mantiene todo lo contrario y defiende que lo hizo para poder pasar desapercibido.

El principal objetivo de Jean Louis Burckhardt era descubrir las fuentes del Níger en un viaje iniciado en 1809 desde Inglaterra. Tras perfeccionar su nivel de árabe en Malta, partió hacia la costa siria y desde allí hasta Egipto, haciéndose pasar por un mercader árabe, con éxito, entre las tribus africanas. No consiguió su objetivo principal, pero sí otros de mayor trascendencia.

Burckhardt no solo descubrió la ciudad de Petra, la antigua capital de los nabateos, en 1812, sino que fue de los primeros cristianos en penetrar en La Meca anticipándose en varios años al británico Richard Burton en tan peligrosa hazaña.

Después de visitar Petra llegó a El Cairo, desde donde realizó dos visitas a las recónditas tierras de Nubia del sur de Egipto, junto al lago Nasser. La primera de ellas fue a través del desierto de Nubia, principalmente en camello, con una caravana de beduinos. En el camino fue capturado por una hostil Kashif, quien estaba borracho y quería decapitarlo. Burckhardt escapó y más tarde llegó a descubrir el templo enterrado de Abu Simbel donde descubrió los templos del faraón Ramsés II y de su esposa Nefertari. Todo ello con tan solo 32 años.

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