El beso esquimal, tan conocido en latitudes occidentales, es un gesto que consiste en presionar la punta de la nariz con la de la pareja, una presión apenas suficiente para que ambas puedan tener la libertad de dibujar un pequeño semicírculo en el aire, al girar la cabeza de derecha a izquierda sin que la pareja pierda el contacto.

Como lo indica su nombre, este gesto no es originario de la cultura occidental; nació de las tribus de la sociedad esquimal, o inuit, como se les conoce recientemente. Es un saludo tradicional, profundamente arraigado a lo largo de siglos en su cultura y que lleva por nombre kunik.

Según algunas versiones, la razón de esta particular costumbre se debe al hecho de que al vivir en zonas muy gélidas, corren el riesgo de quedar pegados por el hielo al entrar en contacto sus labios con la saliva de otra persona. Esto puede ser muy doloroso si intentan separarse, por eso en estas zonas tan frías utilizan el beso esquimal para demostrar su afecto. Además, la palabra que se utiliza para designar el beso esquimal en su idioma (kunik) también hace referencia a oler. Esto es porque durante el beso esquimal también se huelen la mejilla.

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