El sudor inglés, también llamado sudor anglicus o pestis sudorosa,​ fue una enfermedad muy contagiosa y generalmente mortal que afectó a Inglaterra en varias oleadas durante los siglos XV y XVI y que luego desapareció.

La enfermedad comenzó durante el reinado de Enrique VII.

Hubo brotes virulentos en los años 1485/1486, 1502, 1507, 1517, 1528/1529 y 1551/1552

Su síntoma principal era una sudoración intensa, sensación de miedo, escalofríos, mareos, dolor de cabeza, cuello, hombros y extremidades, agotamiento y hemorragias nasales, llevaban a la muerte entre 4 y 12 horas después de manifestar los primeros síntomas.

Se desconoce el origen de esta enfermedad, aunque se ha conjeturado con varias causas como la gripe o los hantavirus con origen en las aguas residuales y la falta de higiene.

Los brotes ocurrían en verano, desapareciendo en otoño. No atacaba a los bebés ni a los niños pequeños, y sus víctimas eran, mayoritariamente hombres.​

El brote de 1528 pasó del Reino Unido a Hamburgo, se extendió a Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega, Lituania, Polonia, Rusia, Bélgica y los Países Bajos. En cada lugar no duró más de dos semanas y antes de finalizar el año había desaparecido.

El hecho de que la epidemia atacase por igual a ricos y pobres explica la razón por la que se estudió en particular, a diferencia de otras enfermedades de la época.

Más información: es.wikipedia.org