El hombre es la medida de todas las cosas” es una afirmación del sofista griego Protágoras.

Es un principio filosófico según el cual el ser humano es la norma de lo que es verdad para sí mismo, lo que también implicaría que la verdad es relativa a cada quien. Tiene una fuerte carga antropocéntrica.

Debido a que las obras de Protágoras se perdieron en su totalidad, esta frase ha llegado hasta nosotros gracias a que varios autores antiguos, como Diógenes Laercio, Platón, Aristóteles o Hermias, la refirieron en sus obras.

Tradicionalmente, la frase ha sido incluida dentro de la corriente de pensamiento relativista. El relativismo es una doctrina de pensamiento que niega el carácter absoluto de ciertos valores, como la verdad, la existencia o la belleza, pues considera que la verdad o falsedad de toda afirmación está condicionada por el conjunto de factores, tanto intrínsecos como extrínsecos, que inciden en la percepción del individuo.

Protágoras, nacido es Abdera, en 485 a. de C., y fallecido en 411 a. de C., fue un célebre sofista griego, reconocido por su sabiduría en el arte de la retórica y famoso por haber sido, a juicio de Platón, el inventor del papel del sofista profesional, maestro de retórica y conducta.

El propio Platón, además, le dedicaría uno de sus diálogos, donde reflexionaba sobre los distintos tipos de sofistas. Le fue encomendada la redacción de la primera constitución en que se establecía que la educación sería pública y obligatoria.

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