La célebre Torre Eiffel es uno de los grandes íconos arquitectónicos del mundo. Su presencia en el paisaje parisino fue durante muchos años una gran polémica y tema de debate, y los franceses llegaron hasta a odiarla. Fue construida con motivo de la Exposición Universal de 1889, que conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa. El proceso duró 2 años, 2 meses y 5 días, como aclaran con énfasis desde su página oficial, y fue una auténtica proeza técnica y arquitectónica.

La Torre Eiffel se llamá así en honor a su creador, el ingeniero civil Gustave Eiffel, que nació en Dijon (Francia) en 1832. Ganó fama internacional por esta estructura, y también fue el encargado de diseñar otro de los grandes monumentos del mundo: la Estatua de la Libertad. Este apasionado genio también dejó como legado estructuras como la Cúpula del Observatorio de Niza e incluso el Puente de Hierro de Burdeos.

La Revolución francesa fue un fuerte movimiento político y social que se desarrolló en Francia, desde 1789 hasta 1804, que culminó por completo con un golpe de Estado impuesto por el Imperio napoleónico. La Revolución francesa logró poner un fin al absolutismo y al feudalismo en Francia. Así, la Revolución francesa dio comienzo a una nueva época, definida como Edad Contemporánea, la cual estableció el principio de lo que se conoce como democracia moderna.

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