El término teología tiene su origen en el latín "theologia". Esta palabra, a su vez, proviene del concepto griego formado por theos (“Dios”) y logos (“estudio”). La teología es, de esta forma, la ciencia (no en el sentido moderno del término) que se encarga del estudio de las características y propiedades de la divinidad.

El término teología nace en el seno de la filosofía, siendo observado y empleado por primera vez en el libro La República de Platón. En este contexto, se refiere a la teología con el fin de expresar el proceso del entendimiento de la naturaleza divina por medio de la razón.

Se enseña como una disciplina académica, típicamente en universidades y seminarios. Se ocupa del contenido único del análisis de lo sobrenatural, pero también especialmente de la epistemología (la rama de la filosofía que estudia el conocimiento), y se pregunta y trata de responder a la pregunta de la "revelación divina". La revelación divina se refiere a la aceptación de Dios, dioses o deidades, no sólo como trascendentes o por encima del mundo natural, sino también dispuestos y capaces de interactuar con el mundo natural y, en particular, de revelarse a la humanidad.

Mientras que la teología se ha convertido en un campo secular, los seguidores religiosos todavía consideran que la teología es una disciplina que les ayuda a vivir y entender conceptos como la vida y el amor y que les ayuda a llevar una vida de obediencia a las deidades que siguen o adoran.

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