La Guerra de las Sietes Semanas también fue conocida como la Guerra Austro-prusiana y se desarrolló entre el 14 de junio y el 23 de agosto de 1866.

Junto con la Guerra de los Ducados (1864), que enfrentó a Prusia y Austria contra Dinamarca, y la Guerra Franco-prusiana (1870 a 1871), culminaron con el proceso de unificación alemana bajo la influencia prusiana.

El canciller de Prusia, Otto von Bismarck, luego de la victoria sobre los daneses en la Guerra de los Ducados, fijó su objetivo en desplazar al imperio austriaco como líder militar de la Confederación Germánica.

Una vez se hubo asegurado que las fuerzas armadas conducidas por Helmuth von Moltke eran superiores a las del resto de los principados y reinos, aprovechó las disputas por los derechos sobre los ducados para excluir a Austria de la Confederación.

El emperador de Austria acusó a Prusia de quebrar los acuerdos de Gastein y de excluir de las cuestiones germanas a los Habsburgo. Esta acusación supuso una formal declaración de guerra contra Prusia por parte de Austria y la Liga de los Cuatro Reyes formada por Baviera, Sajonia, Würtemberg y Hannover en 1866.

La guerra fue muy corta y las fuerzas conducidas por Moltke derrotaron fácilmente a los austriacos en la Batalla de Sadowa.

Aunque el conflicto fue breve, las consecuencias para ambos contendientes fueron muy importantes: Prusia conformó la Confederación de Alemania del Norte y el Imperio Austriaco perdió su hegemonía sobre los reinos germánicos.

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