Una planchette, del latín planca, del francés "le petite planche", es una pequeña pieza de madera plana, generalmente en forma de corazón, equipada con dos diminutas ruedas y una abertura de sujeción del lápiz, utilizada para facilitar la escritura automática que puede ocurrir en estado de trance o de vigilia.

La mayoría tienen un agujero en el medio que actúa como una "ventana" a través de la cual puede mirar para ver la respuesta.

En Occidente, un ejemplo temprano de la práctica es el lenguaje enoquiano del siglo XVI, supuestamente dictado a John Dee y Edward Kelley por ángeles enoquianos.

Muy conocidas en la época victoriana, se popularizaron durante el comienzo del movimiento espiritista de mediados del siglo XIX. Las tablas no eran infalibles y las personas a menudo, ya sea consciente o inconscientemente, movían la planchette.

Desde el punto de vista religioso, la crítica apunta no a la falta de efectividad del tablero, sino precisamente a su efecto. Según algunas corrientes religiosas, jugar con la tablita equivale a dar paso a entidades sobrenaturales malignas del más allá, que pueden causar daño a los jugadores.

El exorcista José Antonio Fortea, más conocido como el Padre Fortea, un sacerdote católico y teólogo español especializado en demonología, en su libro "Summa Daemoniaca", afirma que la mayor parte de los casos de posesión demoníaca se producen tras participar en ritos esotéricos como la ouija, espiritismo, macumba, vudú, etc.

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