La endocardiosis valvular es la patología de corazón más frecuente en el perro. Se trata de un proceso degenerativo de las válvulas cardíacas (mitral y tricúspide) no reversible y que se incrementa con la edad.

Se produce un engrosamiento de las válvulas que afecta a su capacidad de cierre durante la contracción del corazón (sístole). Tras el paso de la sangre de la aurícula al ventrículo como la válvula no cierra completamente se crea un reflujo en sentido contrario. Esto hace que en la auscultación se oiga lo que todos conocemos como soplo. Esta alteración conlleva un aumento del trabajo del corazón, que produce una remodelación cardíaca para adaptarse (por eso tienen la silueta del corazón más grande).

Al principio de la enfermedad el único signo de que hay una alteración en el corazón es el soplo que se oye en la auscultación cardiaca por parte del veterinario. Según avanza van apareciendo otros signos que pueden indicar la cardiopatía, como son las toses, fatiga, respiración forzada, intolerancia al ejercicio, debilidad…

En cualquiera de estos casos, el veterinario realizará una exploración completa y según la gravedad será necesario hacer más o menos pruebas que incluyen radiografías, análisis de sangre y orina, ecocardiografía y un electrocardiograma.

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