Woofer o altavoz de graves es el término usado comúnmente para designar al altavoz diseñado para producir sonidos de bajas frecuencias, frecuentemente entre los 40 hasta 1000 hercios o más.

Se trata de un dispositivo electromagnético que utiliza un cono, unido por medio de adhesivos a una bobina de voz rodeada, a su vez, por el campo magnético de un imán permanente. La bobina de voz y el imán en la base forman un motor eléctrico lineal. Cuando la corriente eléctrica fluye por la bobina, esta se mueve respetando la regla de la mano derecha, causando el ascenso o descenso del cono, dando lugar a un movimiento similar al de un pistón. El movimiento creado en el cono produce las ondas sonoras de salida.

A niveles ordinarios de presión acústica, la mayoría de los seres humanos pueden oír hasta unos 20 Hz. Los woofers se utilizan generalmente para cubrir las octavas más bajas de la gama de frecuencias de un altavoz. Desde la década de 1990, un tipo de woofer (denominado subwoofer), diseñado únicamente para las frecuencias muy bajas, se utiliza habitualmente en los sistemas de home theater; suelen cubrir de las dos o tres octavas más bajas (es decir, desde los 20 hasta los 80 o 120 Hz).

La palabra surgió de la onomatopeya inglesa del ladrido de un perro, woof (en contraste con el nombre usado para los altavoces de altas frecuencias, tweeter). En pocas palabras, un woofer produce sonidos graves y agudos, pero graves en mayor parte.

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