El venablo es un arma arrojadiza ensartada a modo de dardo o de una lanza pequeña corta. Consiste en una varilla de hierro redonda y delgada, que termina en un hierro en forma de hoja de laurel de un palmo o más de largo.

Este termino proviene del latín "venabŭlum" forma sustantiva de "venāri" que quiere decir cazar.

Existían venablos destinados a la guerra y otros para la caza o montería. Estos últimos se distinguían por tener cerca del mango una cruz con un puño y un pomo a manera de las antiguas dagas.

Se lanzaban a fuerza de brazo sin auxilio de arco, aunque durante el Paleolítico, y posiblemente después, fueron usados mediante propulsores. Estos eran piezas de madera, hueso o asta de unos 30 cm que permitían alargar el brazo palanca y así aumentar su distancia de alcance.

Fueron muy utilizados, desde hace unos 10 000 años, por los aborígenes precolombinos mesoamericanos, tales como, los mexicas, mayas e incas. Se han encontrado restos en Guatemala, México, Perú y Colombia.

Edgar Rice Burroughs al describirlas armas favoritas de Tarzán, menciona un venablo que le había arrebatado a un jefe tribal, luego de matarlo, además de un arco y flechas y un cuchillo de caza.

La expresión "echar venablos" significa proferir expresiones de enojo y cólera hacia otra persona.

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