El pórfido es una variedad de roca ígnea, compuesta por cristales de grano grueso (fenocristales) dispersos en una matriz de fino grano feldespático.

Es una piedra natural utilizada desde la antigüedad para la construcción de suelos y paredes. Tiene varios orígenes y en Italia su zona de elección es en Trentino. El término Pórfido proviene del griego y significa púrpura.

Su belleza se debe a sus muchos tonos de color, aunque el principal es el rojo-púrpura. El pórfido es un material especialmente adecuado para su uso en exteriores debido a sus diversas propiedades: tiene una alta resistencia a la abrasión y al desgaste, la baja absorción de agua y otras sustancias resulta en una alta resistencia a las heladas y a otros agentes atmosféricos.

El uso del pórfido se remonta a la cuna de las civilizaciones asirio-babilónica, egipcia y romana. Muchos monumentos realizados en este material y hallazgos arqueológicos lo confirman.

Este uso perduró en la Edad Media; un ejemplo es la tumba ubicada en el monasterio de Santes Creus de Pedro III el Grande, rey de la Corona de Aragón (1276-1285).

Como ejemplo más contemporáneo, se puede citar el Templo Expiatorio de La Sagrada Familia situado en Barcelona, obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí, donde se aprecian cuatro principales columnas internas y el altar hechos de rojo pórfido.

En la actualidad se emplea para la decoración de columnas, frontones y adoquines y también se usa en la pavimentación de calles.

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