Un lunar, nevo o nevus (del latín naevus, lunar) es una pequeña mancha de la piel de coloración marrón o negruzca. La mayoría de las personas presenta lunares (nevus) en mayor o menor cantidad, generalmente entre 10 y 40. Casi todos ellos suelen aparecer antes de los 20 años de edad aunque pueden también presentarse a edades más avanzadas.

Es una proliferación de distintos tipos de células en la piel. ​Así, puede haber nevus sebáceos, apocrinos (de las glándulas apócrinas de la piel), etc.

No se sabe con certeza de dónde proviene la célula névica. Algunos autores suponen que tiene parentesco con el melanocito, célula responsable de fabricar la melanina, el pigmento que da el color moreno a la piel.

La variedad más común de nevus melanocítico es el nevus melanocítico común adquirido. Todas las personas de tez clara tienen este tipo de nevus. El número va cambiando con la edad, ya que el nevus es una lesión dinámica. Primero aparece en la unión entre la dermis y la epidermis, luego migra hacia la dermis a la vez que va haciéndose más abultado. Por tanto, la protrusión de un nevus no quiere decir que este se esté transformando en un cáncer tipo melanoma, sino sólo que está maduro. Progresivamente van desapareciendo a la vez que aparecen otros.

Se localizan sobre todo en las áreas expuestas al sol, fundamentalmente por encima de la cintura. Sin embargo, la transformación a melanoma se considera rara, y sólo ocurre en los nevus en estados iniciales.

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