El melón es una fruta muy apreciada por su sabor dulce y refrescante, que se consume especialmente en verano. El melón pertenece a la familia de las cucurbitáceas, la misma que la sandía, el pepino o la calabaza. Su nombre científico es Cucumis melo, y se cree que es originario de Asia o África.

El melón es una planta herbácea anual, que crece con tallos rastreros que pueden alcanzar varios metros de longitud. Tiene hojas grandes, lobuladas y ásperas, con zarcillos que le ayudan a trepar por otras plantas o soportes.

Sus flores son solitarias, de color amarillo, y pueden ser masculinas o femeninas. El fruto del melón es una baya de forma elipsoidal, con una cáscara gruesa y rugosa, de color verde, amarillo o blanco, según la variedad.

La pulpa del melón es jugosa, aromática y de color blanco, amarillo o anaranjado, también según la variedad. En el centro del fruto hay una cavidad con muchas semillas planas y ovales, de color amarillo o blanco.

Existen muchas variedades de melón, que se clasifican según su forma, tamaño, color, sabor y época de maduración. Algunas de las más conocidas son el melón cantalupo, el melón piel de sapo, el melón galia, el melón honeydew, el melón charentais, el melón de agua, el melón de Indias o el melón amargo.

El melón aporta hidratación, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que benefician al organismo.

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