El término idiófono proviene del griego idios, que significa propio. A esta categoría pertenecen aquellos instrumentos cuyo sonido está producido por su resistencia y su elasticidad, sin que sea necesario recurrir a la tensión de membranas o cuerdas; instrumento hecho de un material susceptible de ser puesto en vibración. Se trata, pues, de un material por naturaleza sonoro, pudiendo estar construidos de madera, metal, arcilla, piedra, etc.

Los instrumentos idiófonos pueden ser de múltiples formas:

Percutidos: Es la forma más común. En ella nos encontramos a los gongs, las campanas o los xilófonos.

Sacudidos: Como los cascabeles y las sonajas.

Entrechocados: Como las castañuelas y los platillos.

Raspados y frotados: Como los güiros y las matracas.

Punteados: Como las guimbardas y las sanzas.

Pateados: Se trata aquí de los instrumentos más antiguos, como por ejemplo el bastón y la tabla de madera.

En cuanto a la forma podemos distinguir las siguientes categorías:

Instrumentos de cuerpo sólido: Pueden tener forma de placa, lámina, bloque, bastón, etc. A ella pertenecen los palillos de entrechoque, sistros, gongs, xilófonos, etc.

Instrumentos de cuerpo vacío, abierto o en forma de tubo: Pueden tener forma de caña, concha, etc. A ella pertenecen las campanas, sonajeros, cascabeles, sonajas, etc.

Instrumentos de efectos especiales: Son instrumentos difícilmente clasificables.

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