Maglev es la forma corta de nombrar la levitación magnética (magnetic levitation, en inglés). Significa que este tipo de trenes flota gracias al magnetismo, reemplazando el hierro utilizado anteriormente.

El tren maglev tiene tres componentes básicos: una fuente de poder eléctrico, espirales de metal y magnetos debajo del tren. La mayor diferencia con un tren común es que no tiene motor. La energía utilizada es la electricidad en los espirales de metal que crea un campo magnético para mover el tren.

El tren flota sobre una cama de aire, lo que elimina toda fricción con otros objetos y por tanto alcanza velocidades muy altas de más de 500 kph. A esa velocidad se puede viajar desde París a Roma en 2 horas.

Alemania y Japón están desarrollando trenes maglev, aunque con diferentes métodos. El de Alemania, denominado Transrapid, utiliza una tecnología donde el fondo del tren envuelve las vías de metal. Los electromagnetos se encuentran encima de las vías por debajo del tren, permitiendo que levite un centímetro, aún cuando está inmóvil.

Japón, sin embargo, desarrolló un sistema de suspensión electrodinámica basado en la fuerza repulsiva de los magnetos. La diferencia es que utilizan magnetos superconductores, que emiten electricidad aunque se haya apagado la fuente de energía eléctrica.

Actualmente, el único tren Maglev comercial que existe está en Shanghai (China), usando como base el creado por Alemania.

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