El requesón, conocido internacionalmente por su nombre italiano, ricotta (también llamado ricota en Argentina y Venezuela), es un producto lácteo obtenido a partir de fermentar y cocer el suero de leche.

Este suero es un subproducto sobrante de la elaboración de los quesos, por lo que el requesón no es un queso, sino otro derivado lácteo. El suero se fermenta y luego se cuece, de manera que el líquido se solidifica formando una pasta de color blanca, sabor suave y textura blanda y granulosa.

A diferencia del queso, el requesón es un producto rápidamente perecedero. Para incrementar su periodo de consumo, se le somete a varios procesos como el prensado, salado y puesto a secar se obtiene ricotta salata, similar a un queso duro.

El sabor y el valor nutricional dependen en gran medida de la leche empleada; en Italia está extendida la producción de ricota vacuna, ovina, caprina y aún de búfala. La de leche de oveja es la más rica en grasas, alcanzando el 24 %, mientras que las de origen bóvido no superan el 8 %. Es rica en proteínas y en lactosa.

Se emplea para rellenar pasta (ravioli, tortellini, canelones, lasaña) o en postres. Mezclada con fruta o frutos secos, es un tradicional dulce casero. Endulzada, es el relleno principal de los cannoli sicilianos, y uno de los ingredientes clave en la elaboración de la cassata. En el cono sur es la base de un típico postre, la tarta de ricota.

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